domingo, 28 de agosto de 2011

Lobos




No lograrán alcanzarme esos bastardos, mis pasos son demasiado rápidos para que las huellas duerman en la tierra. Los huelo cerca… demasiado cerca, y nos quiero solos, como siempre.

Y es por mi culpa, porque no puedo resistirme, por ser quien eres, mirándolo todo desde el cielo tan solo en algunas noches, nunca las suficientes. Con tu pelo cubres el Sol para no cegarme. Ya vuelves a estar completa, tan pálida como siempre, la noche. Y la luz llega al bosque, con la bruma, y en el río viajan tus palabras hasta mi cueva, tu reflejo, reclamando lo que es suyo.

Entre los árboles me quito el disfraz a arañazos, se me va el calor entre las manos… deseos y furias me obligan a morder mi lengua por no morder las tuyas. Lo has vuelto a hacer, aúllo hasta el final, con el frío recorriendo mi espalda, esa es tu señal, solo que esta vez ellos me encuentran… con balas de plata.

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