Nos hacíamos viejos, y feos, nos hacíamos más sabios que las montañas, el frío llegaba y nos calaba hasta los huesos. Y ahora estamos frente al pálido rostro de la Luna, mirándonos con ojos vidriosos, enlazadas nuestras manos, y nosotros, felices de vivir en el culo del mundo.
Y hasta ahí recuerdo, después llegaron, ellos con sus luces y sus ruidos infernales, con palabras tranquilizadoras, para que te dejase ir, porque tú eres especial, ya sabes. Te llevaron entre sus sonrisas y mis lágrimas, después el tiempo intentó hacer de las suyas, ya ves lo que pasó.
Y por todo lo que ocurrió vengo ahora, siguiendo las huellas del camino, las que dejaste, y es para traerte a casa, porque es demasiado tarde como para cometer más errores, porque te echo de menos, porque te estás volviendo… un poco azul.
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