jueves, 10 de marzo de 2011

Limbo




El ruido de la playa… el calor y los granos de arena que el viento arrastra golpeándome la piel, tapando mis ojos, allá voy otra vez, con la pala en mis hombros, caídos de cansancio, la cabeza a mil kilómetros de allí y un mapa casi destrozado colgando de mi mano, uno… dos… tres… catorce pasos y ya está, ¿Se acabó?. El tesoro secreto, casi olvidado, guardado por éste antiguo trozo de papel, escrito y mal dibujado por un viejo al que una vez le gustó el mar me espera impaciente a unos cuantos golpes de brazo.

Pero... ahora que lo pienso… paso de ponerme a excavar en el suelo para encontrarme con un cofre lleno de ratas muertas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario