domingo, 13 de noviembre de 2011
Las bombas caerán
Cuando el miedo ya no es suficiente incentivo para seguir con la eterna lucha, y todas las puertas que has cerrado con tanta fuerza y determinación gritan para ser abiertas. Las voces llaman, desde lejanas orillas, los cabellos negros flotan como en el agua, ocultando sus grandes ojos abiertos al terror y al miedo, los dientes agudos y afilados cortando carne, hueso y nervio, bebiendo sangre a grandes sorbos... no les abras.
Cuando la vida no escatima en gastos para sorprenderte de las formas más horrendas, abres la mano para tu limosna, y preparas tu estómago para el hambre atroz. La gran conspiración te rodea, todo está en tu contra. Ya no hay juicio ni condena, todos abrazan ya a sus seres más queridos, pero la sombra los ahoga... con vehemencia.
Y llegó así la apoteosis de nuestro nuevo mundo, con catastróficas visiones, con hondos suspiros, llantos y lamentos desde el má allá. El hombre vuelve al suelo sobre sus cuatro patas, el perro en serpiente se torna, ninguno de los dos se asombra... el destino aguarda.
Cenizas a las cenizas.
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