Hoy me he despertado en mitad de la noche asustado de mis propios sueños… pesadillas, solo aparecían escenas sueltas, a veces sin relación, Alfredo (un buen tío, un buen guitarrista) es lo primero que recuerdo, toca muy bien y en el sueño sabía por qué… todas las personas a las que se les daba bien algo tenían dentro una especie de alienígena que se encargaba de eso.
No parecían los típicos marcianos de las películas, éstos salían de mi imaginación, y si no… ¿de dónde podían salir? Solo yo podía verlos, dentro de las personas… como si la piel fuese transparente, eran negros y muy simples, con dos ojos… muy pequeños y redondos, parecían débiles monigotes con dedos muy largos… me asustaban mucho.
Alfredo tocaba la guitarra, pero su huésped se giró para mirarme, sabía que podía verlo, abrió la boca, oscura, grande, terrorífica… mortal, y empezó a agitarse de un lado a otro como diciendo un “no” tan rápido que mis ojos apenas podían verlo, soltando una especie de gemido, un sonido muy extraño… es como si se ahogara.
No lo soportaba, vibraba con la boca abierta sin apartar sus ojos de mi, huyendo aparecí en mi casa, delante de la habitación de mis padres, mi madre estaba haciendo la cama, se giró, me miró y vi a otro extraterrestre, vibrando, asustándome otra vez, corrí hasta mi cuarto, cerré la puerta y trepé hasta subirme a lo alto de mi cama, mi hermano dormía en la litera de abajo, me asomé y estaba tapado hasta los hombros… me miró y volvió a pasar… así me desperté.
Fui a beber agua, ya estaba en la realidad, aunque todavía tenía miedo, dejé todas las luces encendidas y después de eso intenté dormirme, pensando en algo ¿Por qué me asustaban tanto? ¿Quién enviaba esas criaturas para que tuviese miedo? ¿Por qué todo? Llegué a pensar que iba a poseerme el diablo, hace tiempo que no pienso en esas cosas, pero ésta noche… asustado después de lo que había visto lo pensé, y me convencí de que no pasaría nada, estaba a salvo, mi hermano estaba abajo, y seguramente el sería capaz de cortarles las cabezas a mil demonios a la vez.
Mirando a la puerta encajada me quedé dormido y soñé que miraba la puerta justo en la misma posición, pero detrás de la puerta había un montón de gente, estaban parados, estaban llenos de marcianos, de huéspedes, como esperando a algo… y cuando menos lo esperaba entraron en la habitación intentando atraparme, me arañaban y me golpeaban, me gritaban en lenguas extrañas… hasta que una vez harto decidí despertar, así terminó la pesadilla, y por fin llegó el día.