miércoles, 1 de enero de 2014

El faro





Como un río sin cauce, como el llanto sin consuelo,
se va escurriendo el dolor entre mis dedos,
alentado por el miedo de volver la vista atrás,
y verte cada vez menos.

Entre la niebla camino perdido.
Sin más escudo contra el frío
que tus palabras lejanas, sin fuerza.
Sin sueños en una noche larga y muerta.

Recordando fragmentos de nuestro pasado.
Respirando el aire viciado del día a día,
cargado de agonía, soledad y celos,
gritando en silencio para no ser oído.

¿Qué ha sido de tu sonrisa? De tus manos ligeras,
ya no las siento igual, ya no siento apenas nada.
Tu rostro se ha aletargado, triste tal vez,
al ver la amargura reflejada en el mío.

Y mis piernas entre tanto me van dejando inmóvil,
en un camino cubierto de oscuridad y polvo,
hablándome de olvido, y nada más.

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