domingo, 11 de noviembre de 2012

Florence and the Machine - Cosmic Love

    A falling star fell from your heart and landed in my eyes
I screamed aloud, as it tore through them, and now it's left me blind

The stars, the moon, they have all been blown out
You left me in the dark
No dawn, no day, I'm always in this twilight
In the shadow of your heart

And in the dark, I can hear your heartbeat
I tried to find the sound
But then it stopped, and I was in the darkness,
So darkness I became

The stars, the moon, they have all been blown out
You left me in the dark
No dawn, no day, I'm always in this twilight
In the shadow of your heart

I took the stars from our eyes, and then I made a map
And knew that somehow I could find my way back
Then I heard your heart beating, you were in the darkness too
So I stayed in the darkness with you

The stars, the moon, they have all been blown out
You left me in the dark
No dawn, no day, I'm always in this twilight
In the shadow of your heart

The stars, the moon, they have all been blown out
You left me in the dark
No dawn, no day, I'm always in this twilight
In the shadow of your heart

viernes, 9 de noviembre de 2012

Shame







 Ya estaba empezando a estar harto de toda aquella situación, se parecía a escuchar golpes bajo el agua, todo era demasiado difuso. Nadie parecía decir la verdad allí desde hacía mucho tiempo, o por lo menos nadie parecía atreverse a hacer algo, lo que fuera. Todo el mundo estaba flotando, cada uno en su propio universo de mierda del que poder presumir, al que poder acudir para seguir mintiendo, a los demás, a si mismos…

Aquel tipo seguía siendo yo, aquel tipo odiaba sus instintos, los mismos que lo habían traicionado una vez más, estaba embotado, aturdido, desconcertado entre tantas historias que prefería no saber. Ya no quería nada de nadie, ya no quería seguir luchando por nada, lo único que quería era olvidar, olvidar cada secreto, quemarlo todo en un mar de lágrimas. Aquel tipo sentía vergüenza de sí mismo, quería seguir oculto.

“Nunca tiendas la mano a una serpiente hambrienta” Eso me dije una vez.
La verdad, no era una serpiente hambrienta, y no le tendí la mano, simplemente la atrapó y me sacó de allí. Solo escuchaba su voz:
-Despierta, hay ciegos que ven más que tu y que yo.

Yo estaba perdido, ella era preciosa.